Estás cavando tu propia tumba
- Alfonso E. Bocanegra Gamboa
- 6 jun 2017
- 3 Min. de lectura
Mamá me llevó a la iglesia cuando era muy pequeño, me bautizó cuando tenía un año con unos padrinos fenomenales que se aparecieron cuando hice la primera comunión y cuando ingresé a la universidad, su ausencia no los hace malas personas, es más, su presencia en esos momentos los hizo excelentes, por eso siempre diré que son fenomenales, ella siempre decía antes de ir a la iglesia: “Tienes que ser una buena persona y yo le entendía a mi modo, hasta ahora”
Cuando eres una buena persona se nota en tus ojos, en tu forma de ver la vida, en tu forma de decirte a ti mismo: “Vamos, esfuérzate y la vida te dará más que muerte”, cuando eres buena persona se te nota hasta al caminar, porque los fantasmas no andan detrás de ti.
Eres algo así como una estrella que está en el camino, que es mirada por todos y para todos, que evita chocarse con otras estrellas que no quieren ser seres de luz, de esos que mandan al carajo al mundo y hacen el suyo sin pisarle la cabeza a alguien o dormir creyendo que mañana habrá un nuevo día para sonreír por la desgracia que hiciste hoy.
La muerte llega el día que tenga que llegar pero no llega el día que lo llamas, pienso que las peores personas viven más porque debe ser un sufrimiento total estar vivo cuando sabes que no lo estás y cavar con tus propias manos tu tumba.
Estás cavando tu propia tumba cuando no amas a quién te ama sin motivos, a quién no pidió venir pero decidiste traer, a quien te extraña pero tú no quieres ver, a quien te espera sentado para recibir por lo menos un saludo, pero tú no mandas ni siquiera un beso de buenas noches.
Estás cavando tu propia tumba cuando crees que tienes mucho, cuando lo único que tienes es dinero, que ganas batallas que sabes que ganarás gracias a tu gracia bendita del vil metal, cuando dices ser alguien que no eres pero aparentas serlo para todos digan: “El éxito viene del esfuerzo”, cuando ese éxito vino del esfuerzo de otros y de la guillotina de otros más.
Estás cavando tu propia tumba cuando mientes por quedar bien y lo peor es que te mientes a ti, a cualquier persona podemos mentir, pero mentirte a ti mismo debe ser tan penoso que ni ganas de mirarte al espejo debes tener, ¿qué mirarías?, ¿un montón de carne y hueso que solo es eso?, ¿pero nada de valores que tu profesas tener?
Cavas tu tumba a cada rato cuando tomas la lampa del desprecio y te colocas en la frente un cartel inmenso que dice: “La víctima” para que todos piensen que tu vida es la del pobre, la del que no tiene nada por eso le quieren quitar todo, la del que se peina bien y detrás del peinado no hay nada, no hay nadie, no hay luz solo una sombra enorme que no tiene ni un poco de nostalgias ni amor.
Cavas tu tumba en todo momento, tan honda para que cuando te toque usarla entres muy al fondo y nadie escuche tus lamentos, nadie te pueda salvar, nadie quiera arriesgarse a asomar el oído a escuchar tus gritos de ruegos, de llantos, de pérdidas de amor que nunca tuviste ni tendrás, porque las tumbas se cavan para varios, pero tú eres la que irás al fondo y primero.
Cava tu tumba, mientras los demás seguimos viviendo aquí, con poco, pero con mucho corazón, con casi nada y cayendo al fondo en esta vida que no es vida cuando día a día cavas tu propia tumba.

Comments