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Si el mañana ya no fuera hoy

  • Alfonso E. Bocanegra Gamboa
  • 29 jul 2017
  • 3 Min. de lectura

Miras el techo de mañana, ella no está a tu lado, no sabes si fue al baño o se ha ido de la casa, te observas desnudo y sin camisa de dormir, te avergüenzas de tu cuerpo un tanto rollizo y descompensado, piensas que deberías ir al gimnasio, olvidas el pensamiento, prefieres ir a la sala y leer algo de Bukowski para calentar este invierno que te cagas, te preguntas: ¿Cuántos amaneceres más tendrás que tener pensando que todos serán iguales? No respondes, prefieres mantenerte callado.


Olvidaste llamar a tu madre esa noche porque no tenías sencillo, preferiste no cambiar ese billete e irte a dormir así, gran error, el mañana puede no seguir siendo hoy, por eso olvida las rencillas, coge los temores y tíralos a un lado para no soñar y toma ese teléfono y llama a todos los que tengas que llamar, pide perdón, perdona o simplemente saluda, no sabes cuantos esperan tu saludo o no sabes cuántos de ellos no lo esperan, a veces también es bueno joderle el día a los que quieren jodértelo, adelántate, intenta estar siempre adelante, hasta para odiar, el odio es bueno en pocas cantidades y en días feriados.


Si piensas en dormir más, hazlo hoy y no esperes a mañana, pero no olvides despertar porque los sueños marcados por la angustia no siempre son los reales, si comienzas a tener pesadillas deja de dormir, tu cabeza no merece tener sueños vanos y sin razones, tu cabeza merece descansar plácidamente para que tu vida también lo sea, espera, tal vez necesites un momento o más que un momento para no pensar, no pensar no solo es de tontos, también son de aquellos que quieren darse una pausa, para eso se dieron los dejavú.


Si odias a alguien no hagas nada, que el odio se carcome solo, espera, el tiempo siempre dará la razón a la verdad, así tu verdad no sea la realidad.


Almacena “te quiero” en tu billetera, también coloca unos cuántos “te amo” para las personas que así lo quieras, no olvides caminar en la mañana mirando cada detalle de las calles por donde caminas, cambia de camino de vez en cuando para que tus pies no se acostumbren a la rutina, la rutina es lo peor que existe en el mundo sobre todo en este mundo que todo quiere hacerlo igualito.


Escucha canciones que tengan letras que hablen de tu vida, como si el autor hubiese escrito eso para ti, no te pierdas en fiestas sin sentido, pero siempre celebra todo, el día, las semanas, los meses, el año que te toca vivir y hasta también los años que se acaban para tus amigos, los velorios no deberían ser tristes, deberían estar marcados por el jolgorio de entrar a una nueva vida.


Lee algunos libros de interés, los que quieras, no escuches a los que te dicen que esos libros son malos o buenos, lo importante es leer, el mundo está hecho de tantas cosas que a hasta Humberto Eco se le debe haber pasado estudiar simbología del espacio estelar o la simbiosis de marte y sus habitantes marcianos, lee, hasta “El trome”, pero lee.


De noche sal a mirar el cielo, “Evangeline” tu estrella debe estar buscándote y si no te encuentra se pondrá triste y se desvanecerá, busca constelaciones aunque sea en el cielo panza de burro de Lima y pídele a la luna un deseo, no importa si no está llena, la luna es la luna y siempre nos cuida y nos vigila.


Escucha a las personas mayores, si quieres no les hagas caso, pero escúchalas, siempre tienen algo que decir, y así se crean dueñas de la verdad, su historia de algo te puede servir.


Espera el mañana sabiendo que no siempre puede ser hoy, así que abraza, espera, dile a la mujer, hombre, hombre, mujer que tienes al lado que lo amas o la amas, los paros cardíacos suelen sorprender de noche, dile a tus hijos que son lo mejor que tienes y si no eres padre o madre, dile a los tuyos lo mucho que son para ti, pero siempre habla, porque el mañana no siempre sigue siendo hoy y el mañana se olvida, por ese futuro prometedor que espera por ti, que espera por mí en esa vuelta de la esquina que son tus sueños y en ese sueño que te falta cumplir.


- ¿Aló?

- Sí, soy yo.

- ¿Quién yo?

- Solo quiero decirte que si el mañana ya no llega a ser hoy, hoy fuiste una parte importante en mi vida.

- Tin…tin..ti...


Gracias por compartir el instante de este instante, en este hoy que seguramente ya no será mañana.



 
 
 

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