El peor papá del mundo
- Alfonso Bocanegra
- 5 may 2018
- 3 Min. de lectura
Puedo ser el peor hombre, puedo ser tal vez el peor hijo, el peor hermano, el peor esposo, el peor amigo, el peor vecino, el peor profesional, el peor poeta, el peor jugando fútbol de mesa, el peor consejero, pero nunca el peor papá, si la vida me tiene un vuelto guardado, seguramente y algún día será el rencor de mi hija y de ese trago prefiero no tener que beber.
Puedo tal vez olvidarme de cantar por las mañanas como lo hacía contigo, puedo perderme en mí mismo en un poema que no salió anoche, puedo creer que todos los planetas estuvieron configurados para que me olvides y yo olvidarte, pero siempre estarás aquí en mi alma y mi corazón como la vida que le falta a mi vida desde que tú no estás.
No pretendo ser el mejor padre, ya me equivoqué al elegir, pero no al elegirte a ti, porque yo no te elegí, tú me elegiste y de eso me siento honrado, de poder haberte tenido entre mis brazos, cambiarte los pañales y verte sonreír porque tus piernitas delicadas no aguantaban el cosquilleo de mis manos en la cama.
¿Sabes?, te veo todos los días cuando despierto solo, te veo a mi lado sin decirme ninguna palabra, pero siendo esa fuerza que me impulsa a seguir, todos estos días en donde ya no quiero caminar, en donde estoy cansado de tantas palabras que vienen con el sol y se van con la luna, tantas palabras que no se las lleva el viento, porque necesito de un huracán que tenga tu nombre para saber que todo estará mejor.
No, no lo soy, no soy el mejor papá, soy el peor de todos, y en eso le doy la razón a los que seguramente piensan eso de mí, soy el peor porque te extraño, soy el peor porque aun necesitando de ti no te busco por intentar buscar un futuro mejor por estos lares que no son los tuyos, y por esta vida que tampoco pediste vivir, no lo soy porque me tienes atrapado en tus redes, en cada foto del muro que es un santuario tuyo en mi cuarto y del sol que me da en la cara al despertar sin ti a mi lado y contigo en mi cabeza.
Soy el peor porque hablo de ti y los ojos se me iluminan, el llanto no aguanta y se desliza por mi rostro como si no tuviera otra cosa que hacer, hablo de ti y de cada uno de los días contigo, de tu despertar, de tu forma tan extraña de llegar, de tu posible gordura que cada vez crece más porque la veo por fotos, de ti mi amor, porque eso eres, mi amor que no tiene remedio, porque la cura para este corazón solo lo tiene tu nombre y no la venden en cualquier farmacia al 30% de descuento.
Quiero seguir siendo el peor papá para el mundo, para todo el mundo si quieres, pero cuando crezcas y me veas nuevamente y te des cuenta que no todo sale como uno lo espera, me digas despacio y sin ritmos, despacio y con la canción que siempre escucho para llorarte y esperarte, despacio y con tu vida me digas por primera vez: “Papá, ven cuéntame un cuento…”.
No quiero creer que pierdo, no quiero pensar que te estoy perdiendo, tampoco que tú me pierdes a mí, aunque eso es superable, quiero ser ese padre que te falta en estos momentos, ese padre que no ha huido sino está aquí contigo, para contarte lo que le pasó a él cuando joven, lo que escribió para ti cuando no existías, lo que tuvo que decir y hacer para cuando te quisiste ir corriendo al más allá, pero al final te quedaste en el más acá.
Soy el peor papá del mundo, de todos los mundos y del mundo que quieren ver los ciegos, pero de mi mundo y de tu mundo hija mía, no lo quiero ser, dame tu mano y vamos andar en este silencioso y extraño paso por la tierra, nos cansaremos un poco, no te preocupes, yo te compro un agua y una barra de halls para el camino y tú me regalas el dichoso placer de saber que estás nuevamente estás conmigo.

Comentários