Lo que quiero para ti
- Alfonso Bocanegra
- 14 may 2018
- 3 Min. de lectura
Quiero para ti un mundo, pero no solamente uno en donde se pueda caminar, sino uno en donde podamos darle la mano a la esperanza y la espalda a la desunión, un mundo diferente en donde pensar en los demás no esté prohibido y el verbo amar no sea solo para los nuestros, sino para los demás, la tierra esté unida con los sueños como si fueran uno y antes que te tomen un examen de ingreso a la universidad midan tus sueños y tu capacidad de amar y que ese sea el prospecto más importante.
Quiero para ti no solo una ciudad, sino todas las ciudades de la tierra en donde como en Venecia se nade por todo lado para llegar al norte, una ciudad en donde cada calle cambie de nombre continuamente poniéndole siempre el nombre de la mejor persona del barrio, así podríamos estar en sana competencia por saber de quién es la calle esta semana y no se defina por quién tiene más votos o alguna campaña millonaria lo avale.
Si tenemos que llorar que sea todos los días, de alegría o de tristeza, pero que el objetivo siempre será llorar, no para dar pena o hacer creer a los demás que sufrimos, sino para sacarnos esa mochila llena de culpas que tenemos encima y así el viaje sea menos pesado y más placentero.
En cada plaza pública habrá espectáculos de música, teatro, danza y pintura para que cuando camines por la calle puedas decir que vives en un mundo culto. Todos los niños estarán obligados a leer lo que quieran, pero a leer. La obligación será un camino, para que luego por costumbre y poca pereza a todos les parezca algo más que normal.
También quiero para ti un aeroplano de ideas que pasen por tu cabeza desde niña, un pedacito de camino en donde camines conmigo, no solo algunos días y de la mano, sino todos los días con el pensamiento, me cuentes tus problemas y yo te cuente los míos, me des consejos de niña y yo consejos de hombres, seguramente llegaremos a conjugar juntos, en una pizca de amor que siempre lo soluciona todo, en una pizca de sabor que siempre queda en los labios.
También quiero para ti una salita en la casa en donde no solo puedas jugar, no quiero un cuarto de juegos, quiero un espacio en donde puedas soñar, caminos de madera para que formes tus caminos, aviones y autos para que sepas que el mejor destino es aquel que no se sabe a dónde vas y muchas pero muchas piezas de legos para armes con tu imaginación lo que a ti se te venga en gana, para que el día en que te toque salir al mundo, lo hagas también así y no “porque te lo han mandado”.
No me gustaría que seas lo que yo quiero, pero me encantaría que fueras artista, porque los artistas son los únicos seres en el mundo que pueden sentir lo magistral de la vida sin darse cuenta, son esos pequeños seres que no necesitan de nada más que de su arte para sentir que son libres y viajan en parapente todos los días, porque no saben si van a caer o seguir volando, lo único que saben que sea cual fuera su destino tienen que seguir, caminando, de rodillas o a rastras, pero tienen que seguir.
No quiero para ti personas que dicen que van a cambiar el mundo, de esos hay un montón y nunca hacen nada, lo que quiero para ti es hacer con estas manos que tu mundo sea mejor, que el destino que te toque seguir sea como tenga que ser, pero que sea tu destino, que sea lo que tenga que llegar, pero que llegue lento y no se apure, porque para apresurados ya estamos los hombres, ya estamos nosotros, ya caminamos suficiente.
Quiero para ti un pequeño corazón que es el mío, dártelo todas las mañanas para que juegues con él y lo dejes dormir de noche, desvelado y con sueño por haber cuidado tus sueños, tu amor por esta naturaleza perdida y amada con tus manos.
Quiero para ti libertad y la tienes que buscar, porque libre no es aquel que camina por la calle, libres son todas aquellas personas que aman sin medida aun sabiendo que más allá puede haber alguien que los puede dañar, se caen y lo vuelven a intentar.
Ama con ganas, perdona con amor y crece con inteligencia.

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